La vida tiene sus vueltas, eso es indudable. Si me pongo a hacer memoria, se en que momento exacto me enamoré de la cocina. Fue a los cuatro años, de la mano de Nilda Gómez, la chica que trabajaba en casa. Realmente amaba a esa mujer. No había nada en lo que no fuera mi cómplice. Me cocía los disfraces, me rascaba la cabeza durante ratos interminables cuando yo le iba con la mentira de "creo que tengo piojos, ¿no me revisas?", y ademas de todo eso, cocinaba como los dioses!! Entre los platos que mas recuerdo están sus tartas de zapallitos (ni siquiera hoy, con 7 años de profesión encima puedo hacer una tarta tan rica), las empanadas de carne con pasas de uva y azúcar arriba, y los ñoquis de papa. Los ñoquis... ahí me enamore de esta profesión. Yo, subido a una silla, la ayudaba a hacer los choricitos de maza, y cuando ella los terminaba de cortar, yo le daba esa formita maravillosa llena de rayitas que se encargan de juntar la salsa...
Se me hace agua la boca!!!
Pero no es de mí de quien quiero hablarles (o al menos no solamente de mí). Quiero hablarles de uno de mis mejores amigos de la escuela primaria. Corrección, uno de los mejores amigos que esta vida me dio, y al que por suerte volví a cruzarme hace unos pocos años, Emiliano López.
Emi, fue sin dudas uno de mis mejores amigos. Eramos, como dicen por acá, "culo y calzón". Todo el día juntos de acá para allá, junto con Matias, otra joya que pude adquirir y que sigo manteniendo. Todavía me acuerdo cuando nos subíamos a la terraza y tirábamos huevos hacia la avenida Pueyrredón (niño y niñas, no copien este ejemplo, tirar huevos desde la terraza esta definitivamente mal!!!). Pero no siempre las cosas eran así, en general lo único que hacíamos era jugar a la pelota todo el día (yo más bien la corría, porque era malísimo!!!)
Pero bueno, volvamos a lo nuestro. A mí me marco Nilda, pero a Emiliano lo marcó Oviedo.
A los 13 años de edad, Emiliano se mudó junto a su mamá, Mabel, y sus dos hermanos a Roma, Italia. De esa manera se terminaba una etapa en nuestras vidas, y no nos íbamos a volver a ver por casi trece años. Sin ningún contacto durante ese tiempo, yo empecé mi camino en la cocina, haciendo lo que amaba y lo que durante mucho tiempo había soñado con hacer. Pero no fui el único...
Hace unos años Emi volvió a la Argentina, y en ese viaje se encargo de juntar al grupo. De volver a reunirnos a todos. En ese viaje ambos nos enteramos que, sin saber nada sobre el otro, los dos habíamos elegido la misma profesión. Ambos teníamos el mismo amor por lo que hacíamos.
Hace algo así como un mes, estuve en Roma, visitando a mi amigo, y tengo que decir que fue uno de los platos fuertes de mi viaje. Verlo trabajar, verlo interactuar con los chicos de la cocina, volver a ver a mi amigo después de tantos años fue fuerte, sin dudas.
Así que, como creo que comparten conmigo, la vida tiene sus vueltas. Unas vueltas muy lindas.
Gracias, loco lindo, por volverte a aparecer...
ajaj sisi,me acuerdo de esos tiempo violentos de futbol,y huevos por la terraza!!!ajja que bueno!!pero sip,a pesar del tiempo seguimos todos juntos,a la distancia o a la vuelta de la esquina,siempre estan,una grande emi!!seba!! y rami!!y claro yo!!jooo!!los quiero!!
ResponderBorrarGracias a vos, por estar siempre!!
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