19 de julio de 2012

Saludablemente rico


En el caso de hoy voy a aprovechar para cederle un espacio a mi amiga Marianela Calcagno, que es nutricionista. Hace ya algún rato que le vengo insistiendo para que escriba algo para el blog, y se ve que por fin logró motivarse (y animarse). Sin más que agregar, excepto que si les interesa se peguen una vuelta por Saludablemente Rico Nutrición, los dejo para lean tan menudo artículo. 




Una vez Rami me dijo que quería transmitir lo que sabe de su profesión desde otro lugar, el de todos los días, con conceptos sencillos y claros a los que podamos encontrarle una aplicación práctica, que a mi entender, es la mejor forma de llevarlos a cabo. Hoy veo que está siendo cumplida a través de este Blog. Yo comparto esa idea, la de “hacer algo q sea bueno para la gente”, y por eso acepté aportar mi “granito de mostaza”.


Nos conocimos en un restaurante que tiene una propuesta un tanto diferente al común de los restaurantes pero que cada vez se pone más de moda, el hacer comidas sin grasas y focalizándose en las proteínas. En fin, situación que, desde mi lugar de profesional como Licenciada en Nutrición, me alegra, y mucho.

Estoy convencida de que comer “sano” no tiene porque ser sinónimo de comer “feo” o “aburrido” sino todo lo contrario. No se debe resignar el Placer por querer (o deber, en caso de alguna enfermedad) cuidar lo que comemos.


Comer Saludablemente Rico se puede, y como todo, solo hay q proponérselo. No voy a negar que también es necesario un poco de creatividad, habilidad y conocimiento para darle a los platos “ese toque especial”.    
                                  

Sin duda Cocina y Nutrición están muy cerca, por eso la idea es q se lleven bien.
Como dije antes, creo que no se debe renunciar nunca al Placer de la comida, porque no es necesario hacerlo para Sentirse Bien, es solo una cuestión de Equilibrio…
Para lograrlo hay q saber que No hay alimentos BUENOS ni MALOS, sino que hay que cuidar las CANTIDADES y la FRECUENCIA con que se los consume.
No es necesario realizar una “Dieta estricta”, no funciona, el concepto de “Dieta” hace referencia a algo que empieza y termina, y esa no es la idea, o no es por lo menos la mía, porque no deseo vivir 2 semanas! De ahí que lo que tenemos que lograr es un  Plan de Alimentación Saludable, posible de seguir durante TODA nuestra vida…con todo lo que eso implica.

Se trata de lograr el equilibrio entre cantidades y frecuencia, de amigarnos con los alimentos, y entender que si somos prudentes y concientes son, muchas veces, nuestra mejor medicina. Y como sabrán, esto no es de ahora, ya lo decía Hipócrates (460 a. C. -  370 a. C., precursor de la dietética) “Que el alimento sea tu medicina, que tu medicina sea el alimento.”

La elección será siempre dentro de 3 grupos: proteínas (carnes, lácteos y clara de huevo) hidratos de carbono (verduras, frutas, cereales, pan, azúcar y dulces) y grasas (aceite, yema de huevo y frutas secas), y como dice el refrán… “un poco de cada uno, no le hace mal a ninguno”


Para mi sentirse bien no es el resultado de grandes cosas, sino de decisiones simples y sostenidas. Por eso quiero que la idea de “hambre” y “aburrimiento” sean separadas de la nutrición!

¡Saludos y Bon appétit para todos! 



Las fotos son pertenecientes al blog Cannelle et Vanille

14 de julio de 2012

No es lo mismo solo que acompañado


Entre las cosas que se comen mucho en Europa están sin dudas los quesos. Los maravillosos quesos. Esos maravillosos quesos que de chico no podía ni ver! Los detestaba con toda mi alma. Eso si, a los ravioles les ponía queso rallado, y obviamente que si me ponían una pizza frente a mi, la liquidaba en dos segundos. El problema era que no me gustaba el queso solo. 
Justamente por eso tuve una "pelea" con la hermana mayor de mi amigo Matias. Estábamos de vacaciones en Mar del Plata y me salio comentar lo anterior, mientras me comía una porción de tarta de jamón y queso (de paso piñazo aclaro que estaba riquísima). Julieta, la hermana de Mati, me dijo que estaba mal de la cabeza y que me hiciera ver por un psicólogo. Aclaro que tenia unos 13 o 14 años en ese momento, como para que se den una idea cronológica del asunto. Yo, euforicamente le decia que no era lo mismo el gusto del queso sólo, que acompañado de algo mas. Asi debimos estar unos 20 minutos discutiendo sin llegar a un acuerdo.

Ahora, muchos años después, sigo defendiendo mi postura. Y no estoy solo en la pelea. Tengo de mi lado a Remy! Remy es el ratoncito de la pelicula Rataouille (la cual recomiendo enérgicamente para los que no la vieron), y un gran chef, justamente porque detrás de Remy esta el gran Thomas Keller. Hay una escena en la película en la que Remy descubre un nuevo mundo de sabores al comer dos cosas al mismo tiempo (y una es justamente un queso!!). Esa escena representa a la perfección lo que es la cocina para mi. La magia que hay en crear un sabor nuevo. Esa cuota de alquimia que todo cocinero aplica al agregar cada ingrediente de una preparación, lo que hace único a cada plato.


Ahora, esa alquimia tiene un ingrediente mas, uno que no esta a la vista, uno mágico de verdad. El sentimiento de quien hace la magia. Es inevitable que transmitamos lo que sentimos en cada uno de los platos que hacemos. El estar enamorados, felices porque vamos a ver a un amigo que no vemos hace mucho, o por un reencuentro con algún familiar que vive lejos, o simplemente porque nos levantamos bien, va a hacer que nuestros platos tengan un bonus increíbleAsí mismo puede pasar que el estar atravesando un mal momento o un día en el cual las cosas no se nos dan como esperábamos en un primer momento, causen estragos en la comida que preparamos. Si leyeron "Como agua para chocolate" saben perfectamente de que hablo. Si no lo hicieron, les voy a contar un poco sobre la historia. 

Tita, la protagonista del libro, se cría prácticamente toda su infancia dentro de la cocina, de la mano de Nacha, la cocinera de la casa. Ella, a diferencia de sus dos hermanas, era una mujer sensible, apasionada, romántica y, lamentablemente, muy sufrida. Durante todo el libro vemos las idas y vueltas del amor entre Tita y Pedro, durante los cuales Tita transmite, mediante sus fabulosas comidas, sus distintos estados de animo a los comensales de turno, haciéndolos llorar, enamorarse e incluso salir corriendo en busca de un fogoso amor sin que nada los pudiera detener.
Claro que es exagerado, pero no quita que sea verdad. 


Nuestros sentimientos a la hora de cocinar se van a ver reflejados, queramos o no. Así que tal vez tengamos que tomarnos unos minutos para pensar en qué queremos lograr cuando cocinamos. 
Y quien sabe, tal vez un poco de compañía no venga nada mal..

4 de julio de 2012

A fuego lento


Hay una verdad absoluta, y es que para cocinar hay que tener paciencia. La cocina necesita tiempo, cariño, dedicación. A menudo veo que hay gente que carece de esta cualidad, y rara vez consiguen que las cosas les salgan bien cuando cocinan. Cocinar los ravioles desde agua fría o dar quinientas veces vuelta un bife para hacerlo son solo algunas de las cosas que, al verlas, me hacen casi llorar.
Las pastas se cocinan a partir de agua hirviendo. Mínimamente tenemos que poseer la paciencia necesaria para poder esperar a que el agua llegue a ese punto. Y el primer contacto de un buen bife, ya sea con una sartén, una plancha de hierro, o en la parrilla, no deje ser jamás interrumpida. Ese tiempo es sagrado, y va a darnos un mejor color, un mejor sabor e incluso un mejor aroma. Cuando hablé del pan en "un ingrediente especial", me refería justamente a esto mismo. En ese caso hable del amor al cocinar, y si bien ahora lo hago sobre la paciencia, ambas van de la mano. Porque no podemos sentir amor por algo que hacemos y al mismo tiempo no dedicarle el tiempo que se merece. Es mas, ese tiempo se lo vamos a dedicar solos, sin que nadie nos diga nada.

El ejemplo del bife, o el de la pasta son bastante simples, o mas bien básicos. Vayamos un poco mas allá, imaginémonos un rico guiso. Un guiso necesita cerca de dos a tres horas para quedar como Dios manda. Esto se debe a que necesitamos de ese tiempo para que los tejidos se ablanden, dejando así una carne mas tierna. Al mismo tiempo vamos a ganar en sabor, porque muchos de esos tejidos van a disolverse en el líquido del guiso, aportando un sabor espectacular y una textura untuosa que va a hacer que todo ese tiempo invertido valga la pena. Y si ademas nos tomamos el tiempo para dorar los ingredientes por separado antes de mezclar todo con el caldo (nada de poner agua, caldo, señoras y señores), vamos a obtener un guiso mucho mas rico. Ningún paso que agreguemos para obtener un mejor resultado va a estar de más.


Parece una pavada, pero la realidad es que en esos detalles es donde vamos a lograr distinguirnos a la hora de agasajar a algún invitado, o a alguien a quien queremos. Tal vez sea una obviedad para algunos, pero yo tardé un buen tiempo en aprenderlo. Justamente fue durante mi primer trabajo pago, en Nectarine, donde noté esto. Todos los platos tenían una hermosa complejidad y un detalle magnífico. Cada paso de cada guarnición de cada plato estaba colmada de sabor y cuidado. En ese momento aprendí que si todo esta rico por separado,   no hay ninguna chance de que no lo esté cuando se forme el producto final.

Lo primero que me toco hacer en Nectarine fue un arsenal de vinagretas (exagero, eran cuatro), y con vinagreta no me refiero a aceite y vinagre, y listo, sino a algo mas complejo. Cada vinagreta llevaba su ralladura de limón o de lima, o un aceite o vinagre diferente de la anterior, alguna tenia jengibre rallado. Incluso, me acuerdo que una llevaba un langostino recién hecho, picado. Con eso no solo aprendí sobre el valor de los detalles, sino también a ver que el alma de una ensalada radicaba en su vinagreta. La vinagreta viene a ser como la "personalidad" de la ensalada que hagamos. Pongamos como ejemplo una simple ensalada de verdes (lechuga mantecosa, lechuga morada, lechuga francesa, algo de rúcula, y nada mas). Ahora dividámosla en dos partes. A la primera le vamos a poner una vinagreta a base de aceite de oliva, jugo de limón, ralladura de limón, sal, ajo rallado y jengibre rallado, mientras que a la segunda le vamos a poner otra compuesta por aceite de pepitas de uva, un poco de vinagre de jeres, ajo rallado, sal y pimienta negra. Si bien la ensalada va a seguir siendo de lechugas, las dos van a ser completamente diferentes.

Ahora olvidémonos de las ensaladas y pensemos en un pedazo de carne. Podemos ir desde un asado, hasta un guiso. Incluso hacer un cochinillo, que muchos creen que es algo imposible, termina siendo mas una obra de amor y paciencia, que un plato de un restaurant de tres estrellas michelin. Todo se limita a la paciencia y a  la dedicación que le brindemos a lo que preparamos.
En la vida diaria es igual. Si queremos construir algo, lleva tiempo. Una planta no crece de un día para otro. Una amistad no se hace mas fuerte sino con el paso del tiempo. Vamos, hasta tener unos buenos abdominales lleva un buen tiempo. 


Nada que se quiera bien hecho se puede hacer a las apuradas. ¿Ademas, que mejor que tomarse el tiempo necesario para poder disfrutar como corresponde de lo que uno ama? 
Después de todo, el amor necesita tiempo.