
A ver, que no se mal entienda, todos podemos cometer errores. De lo que hablo acá es particularmente de los errores que uno hace consciente de que los está cometiendo.
Yo, al igual que cada ser humano, tengo mi forma de hacer las cosas. A veces bien, otras no tanto, pero en general tratando de mejorar cada vez que me doy cuenta de que no estoy haciendo algo bien.
Les voy a contar sobre la primera vez que limpié un salmón rosado. Fue hace 2 años, y me tomó por sorpresa (¡que raro!). Resulta que me estaba quedado sin gravlax para uno de los sándwiches que hacíamos en el lugar en el que trabajaba en ese momento, y tenia que preparar mas (el gravlax es básicamente una preparación en la que se deja curando una parte de salmón rosado en una mezcla de azúcar, sal y algunas hierbas y especias). Hasta ese momento no me había tocado hacerlo y al no estar ninguno de los cocineros que sí sabían como limpiar el salmón, me tuve que animar a hacerlo. Si ese salmón por algún motivo disparatado seguía vivo al llegar a mis manos, les aseguro que lo maté bien muerto..
Como me dijo mi amigo Franquito: "Rami, no te preocupes. Hay que matar un par para aprender a hacerlo". Franco no se equivocaba, porque para aprender, a veces, es inevitable equivocarse antes. En otras palabras "la practica hace al maestro". Yo no soy maestro, pero si practico y trato de mejorar cada vez que tengo que hacer algo, y lo hago por el simple hecho de hacer las cosas bien y de la satisfacción que me da el lograr un buen resultado. En lo que si le pifio Franquito fue en que no necesité matar un par, porque apenas llegue ese día a mi casa me fui directo a mis libros de cocina para ver como era la manera correcta de limpiar el salmón.
A la segunda ya fui preparado y totalmente decidido a no destrozar a mi amiguito nuevamente. Y lo logré.

De ahí en más, disfruto muchísimo cuando puedo limpiar un salmón, y trato de hacerlo siempre mejor que la vez anterior. Y no les miento si les digo que siempre que lo hago tengo presente esa primera vez. Y lo mismo me pasa cada vez que cocino una carne y trato de sacar los puntos lo mejor posible, sintiendo un inmenso placer si lo logro.
Ahora, me gustaría dar un ejemplo mas sobre algo que está mal hecho y se podría mejorar fácilmente.
Supongamos que vamos a hacer un ceviche (o cebiche, esta permitido de las dos maneras). Algo que es clave en un buen ceviche es el no dejar marinando el pescado con el limón durante un tiempo excesivo. Y lo óptimo seria exprimir los limones o las limas en el último momento, justo antes de mezclar todo para servirlo. Si nosotros hacemos dicha mezcla con demasiado tiempo de anticipación al emplatado, el pescado se va a volver de una textura mas dura y áspera, ya que las proteínas van a estar totalmente desnaturalizadas por culpa del acido de los limones o las limas.
No logramos nada bueno haciendo esto, y la verdad es que no nos va a cambiar en nada el hacer la mezcla en el momento del emplatado. Vamos a ganar en textura, en sabor y en técnica. Es ganar o ganar ("win, win", como dicen los norteamericanos).

Por favor, no seamos perezosos. No dejemos de hacer algo bien por el sólo hecho de ahorrarnos unos segundos. Créanme que sus comensales van a notar la diferencia, y sin duda se lo van a agradecer.